La situación del precio de la vivienda en España está siendo calificada en las últimas semanas como burbuja inmobiliaria. Desde 1991 no se hablaba en términos parecidos.

La vivienda ha subido un 55% en los últimos cinco años, mientras que los salarios han aumentado un 10%. Según el Boletín Económico del Banco de España, esto ha provocado niveles de endeudamiento en los españoles desconocidos hasta ahora. Y ello se ha debido sobre todo a dos factores: a que los últimos integrantes del babyboom se han incorporado al mercado inmobiliario y por otro que la vivienda se ha convertido en un activo financiero ante la idea equivocada de que no existen alternativas de inversión para el dinero negro antes de la llegada del euro. Si además tenemos en cuenta el alza de los precios debido al redondeo y a la equivalencia simbólica entre las monedas y billetes (moneda de 1 euro= moneda de 100 pesetas) y el gasto descontrolado por la falta de valoración correcta del valor de la nueva moneda, tenemos que el porvenir inmediato de muchos españoles es descorazonador. Un dato a tener muy en cuenta por los que diseñan las políticas salariales si quieren mantener el valor motivacional de las mismas y el rendimiento correspondiente.