Portal de
Psicología
Menú ARTÍCULOS PSICOCONSUL, consultas en la Red Servicios


Artículos

Autores

Biblioteca

Buscadores

Consultas

Enlaces

Noticias

Trabajo









LA ANSIEDAD Y LA DEPRESIÓN


30/04/02

En nuestro cerebro siguen anidando los patrones de conductas evitativas heredadas porque no han cambiado sustancialmente los peligros ambientales durante toda nuestra evolución como especie.

En ocasiones se tiende a compartimentar los conceptos de ansiedad y depresión, dando la sensación de ser entidades nosológicas separadas, cuando en realidad tienen tantos puntos en común que en la mayoría de las ocasiones no son sino cara y cruz de la misma moneda. El relato de niveles de ansiedad altos, mantenidos en el tiempo, que devienen en depresión es tan cotidiano que debe convertirse en una figura de peso a la hora de valorar uno y otro trastorno por los clínicos e investigadores.

El Dr. Kenneth S. Kendler, famoso psiquiatra de Richmond (Virginia, EE.UU.), cree que, desde el punto de vista biogenético, la ansiedad es más antigua que la depresión. Para afirmar esto se basa en las ventajas adaptativas que han proporcionado durante años niveles de ansiedad elevados, que ayudaron a nuestros más recientes antepasados a reaccionar correctamente ante los peligros a los que habían estado expuestos también sus antepasados durante decenas de miles de años, y que son comunes a los primates.


Las fobias

Aún hoy en día, las fobias más comunes por las que acuden las personas a las consultas de psicólogos y psiquiatras consisten en miedos "irracionales" a las arañas, las serpientes o los insectos voladores. Y sin embargo no se suele acudir por miedo ante los coches o las armas de fuego, que causan muchas más víctimas y constituyen un peligro real. Esto se debe a que en nuestro cerebro siguen anidando los patrones de conductas evitativas heredadas porque no han cambiado sustancialmente los peligros ambientales durante casi toda nuestra evolución como especie. Hoy, en cambio, los peligros reales que acechan al hombre aún no se han incorporado a los patrones de conducta porque sólo llevan entre nosotros unos pocos siglos, como las armas de fuego, o apenas cien años, como los automóviles.


Los psicofármacos

Kendler, médico de formación, piensa que las depresiones leves y las fobias sí pueden ser tratadas por las terapias conductuales actuales, pero los trastornos más graves necesitan inevitablemente además de la ingestión de psicofármacos. Una nueva generación de medicamentos, como los ISRN, con escasos efectos secundarios, viene a apuntalar esta concepción terapéutica como la más eficaz y deseable para acabar con el sufrimiento de 340 millones de seres en todo el planeta, lo que constituye, según las OMS, la cuarta causa de enfermedad en el mundo.


Otros estudios sobre la ansiedad

Algunos autores indican que la ansiedad y la depresión son típicamente humanas, y forman parte de las desventajas de usar un cerebro tan complejo como el nuestro, con una corteza cerebral volitiva.

Los estudios actuales con ratones de laboratorio no están resultando satisfactorios para arrojar un poco de luz sobre si la depresión en los mamíferos tiene características similares a los humanos. Parece evidente que la vivencia de la depresión detectada fisiológicamente no es la misma en un ratón que en un hombre por sus diferentes estructuras cerebrales y el pensamiento abstracto del cerebro humano, capaz de anticipar situaciones que provocan ansiedad. Esta anticipación se considera típicamente humana.

La creencia en la predisposición a padecer trastornos psiquiátricos si los progenitores ya los habían padecido antes ha sido siempre una teoría que necesita ser suficientemente probada en el laboratorio, independientemente de que se siga usando como criterio para extremar las precauciones en los hijos de padres con antecedentes. Es cierto que el medio ambiente y su interacción con él hacen que el trastorno pueda aparecer o no, pero es necesario determinar si esa predisposición genética se halla verdaderamente en el sujeto para poder valorar la necesidad de tomar medidas de prevención preterapéuticas.


Investigación genética

La investigación genética no se halla muy avanzada en el campo de la psiquiatría, pero el equipo del profesor Antonio Bulbena ha determinado que existen altas correlaciones entre el trastorno de las articulaciones y tendones conocido como laxitud y la predisposición a la ansiedad. El hallazgo de una duplicidad en el cromosoma número quince apuntala esta investigación, pionera en España. Mediante la observación de barrigas caídas y apretones de manos laxos, asociándolos a pacientes psiquiátricos con trastornos de ansiedad, se inició un peculiar estudio que abre una prometedora vía a la posibilidad de determinar físicamente la localización de enfermedades mentales, las cuales podrían beneficiarse en el futuro de las terapias genéticas.



TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Puede copiar, reenviar o redistribuir este artículo, sin hacer modificaciones al mismo,
incluyendo PSICOCONSUL y la dirección www.psicoconsul.es
En ningún caso se autoriza su uso para fines comerciales.


Consultas
en red


Consultas presenciales


Orientación
laboral



www.psicoconsul.es
2002-2013