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EL ACOSO LABORAL Y EL SÍNDROME DE ESTRÉS


30/04/02

El acoso laboral o mobbing es una forma de tortura que contamina el derecho de las personas a trabajar y pervierte las ventajas terapéuticas de la acción laboral, constituyendo un factor de enfermedad que genera fobia al trabajo y grandes pérdidas económicas y de competitividad.

Las noticias que aparecen de vez en cuando en la prensa sobre personas acosadas laboralmente no son un indicador fiable de la dimensión del problema, aunque sí de la importancia que se le está comenzando a dar en los juzgados y en las Instituciones españoles.


El mobbing

El mobbing o acoso laboral no se refiere directamente a la persecución de carácter sexual, aunque sí englobaría ésta. Se refiere más específicamente a la acción de una o varias personas de una empresa, sociedad o institución dirigida contra un compañero de trabajo con objeto de conseguir que abandone su puesto, socavar su autoestima o elevar la de los acosadores. Podemos resumirlo como el maltrato psicológico en el trabajo, reiterado y con un objetivo determinado.


Los motivos

Los motivos que llevan a unas personas a ejercer esa clase de acoso y derribo sobre otras son varios, aunque no tantos como motivaciones individuales existen. El principal, aunque suene sorprendente a algunos, es la envidia. La envidia entendida como celos del éxito de la futura víctima.

Jóvenes profesionales supermotivados, experimentados trabajadores, personas con mayor cualificación que la de sus compañeros ... todos objeto de la envidia de los acosadores. Casos como la envidia despertada por la juventud y "buen tipo" de una trabajadora o por los quince minutos de desplazamiento al trabajo de otro, mientras las acosadoras eran manifiestamente menos atractivas que la acosada y tardaban más de una hora en llegar desde sus domicilios, pueden darnos una idea de los motivos tan dispares, pero con un denominador común, que motivan a ejercer estos detestables comportamientos.

Las actitudes "no colaboradoras" de los recién llegados, como las de un militar profesional que se negó a obedecer "las órdenes" de la esposa de un superior, también pueden ser causa para entrar en el punto de mira de alguien a quien amenazamos con romper su statu quo de privilegios injustos.


¿Jefes, subordinados o iguales?

Aunque el acoso pueda parecer una acción ejercida desde el superior al subordinado, nuestra experiencia es que puede ocurrir en cualquier dirección: superior a inferior, inferior a superior y entre iguales. Depende de la personalidad del acosado, de la del acosador, de su número, y de las circunstancias y entorno laborales.


El acoso como síndrome de estrés

Es universalmente conocida la importancia del estrés en el inicio y empeoramiento de muchas enfermedades. Las constantes vitales de nuestro organismo han de mantenerse en sus niveles óptimos de funcionamiento -el equilibrio homeostático-. Las situaciones, acontecimientos o estímulos que desestabilizan ese equilibrio obligan al organismo a hacer un esfuerzo suplementario para restaurar el equilibrio interno. Si al cabo de cierto tiempo esos estresores persisten, la capacidad de recuperación del organismo ya no podrá responder con la misma eficacia, aumentando su vulnerabilidad a los agentes patógenos, favoreciendo la aparición de toda clase de enfermedades, como gripes, herpes labiales, hipertensión arterial y síndromes específicos de estrés.


Los síndromes específicos de estrés son aquellos síndromes en los que la adaptación a las exigencias externas desempeña un papel determinante en la aparición de la enfermedad. El acoso laboral queda incluido en esta categoría, pues provoca reacciones psicopatológicas ante la influencia externa. Estas reacciones psicopatológicas se definen como el conjunto de alteraciones subjetivas y de la conducta directamente relacionadas con la influencia del mundo externo sobre el individuo.


La asignación de tareas inútiles

Desprestigiar a la víctima a sus espaldas, diciendo a sus superiores que "no cumple con las espectativas" es sólo una parte de los movimientos tácticos de los acosadores, aunque no de los más llamativos. Sí lo son, en cambio, asignarles tareas muy difíciles para que no sean capaces de superarlas y así conseguir una profecía autocumplida, y, sobre todo, asignarles tareas inútiles o irrelevantes. De este modo consiguen minusvalorar las capacidades del trabajador, ridiculizarlo y evitar un reconocimiento si consigue concluir la tarea con éxito. Un ejemplo de esto sucedió en un sociedad de farmacia, donde le asignaron a un consultor experimentado ordenar en carpetas virtuales los correos electrónicos recibidos durante el último año (más de mil), lo que constituía un ejercicio inútil, responsabilidad de una de las acosadoras y que además restaba tiempo a las tareas realmente urgentes del trabajador.


¿Qué hacer?

El acoso laboral o psicoterror laboral es un delito en España y en otros países. Suecia fue el pionero en esta legislación, tipificando en 1983 el acoso moral o psicológico en el trabajo como delito.

En nuestro país el Tribunal Supremo emitió el 23 de julio de 2001 la primera sentencia: "Indemnización por daños y perjuicios provocados por la conducta del Ayuntamiento respecto de un funcionario calificada de acoso moral".

La concienciación social ha de ser progresiva. Los acosadores no entienden la democracia ni lo que es el respeto a las personas. Y la sociedad debe amonestarlos para defender los derechos de las víctimas, proteger los intereses del estado, administrar justicia y educar a los que entorpecen gravemente la convivencia por encontrarse en estadíos inferiores de moralidad.

La denuncia firme ante los tribunales -con el concurso deseable de un abogado especializado- y ante los sindicatos, es el último procedimiento. Antes se deberá comunicar la situación a familiares y amigos, y a superiores y compañeros de total confianza para evitar filtraciones que puedan perjudicarnos. La razón está del lado de la víctima, y no debemos tener reparo en considerarnos como tales llegado el caso, dejando a un lado la violencia, o la vergüenza de que sean nuestros subordinados los acosadores.


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